Una cosa tengo bastante clara, en mi vida Kodona y en mi vida normal no entro en faldas ni vestidos o rara vez uso alguno, no porque no me queden, si no porque siento que eso no va conmigo.
Aunque exista esa similitud entre ambas realidades, para mí la frase “Una doble vida” se refleja desde el momento en que uno cambia su ropa habitual por un traje, me encantaría ir a la universidad como Kodona, sin embargo no puedo porque solo tengo dos trajes ya que como a la mayoría le sucede el dinero no es suficiente. Pero supongo que el mismo hecho de no vestir trajes todos los días lo hace aun más especial. En los mismos eventos se nota, te hace sentir especial que te quieran fotografiar y esas cosas. Para mí el cambio no va solo en el traje, yo no tengo la personalidad muy desarrollada, pero este tipo de cosas ayudan a reforzarla, como ocurrió en un desfile lolita, yo por lo general intento evitar los escenarios, pero esa vez me anime a subir lo cual es un logro enorme.
Hablo solo por mi ya que no me gusta hablar por las demás personas, pero supongo que cada uno lo siente de manera similar a su manera, quizás uno no sea el mejor al comienzo, cosa por la que pase hace años atrás ya que llevaba otro estilo, pero la idea es intentar hacer lo mejor dentro del alcance de cada uno.
Vestir de Kodona más que cambiar de atuendo me hace sentir algo especial, una especie de príncipe en miniatura o un muñequito y que de apoco me devuelve la felicidad que tenía hace años cuando seguía el Oshare Kei.
Escrito por nuestra invitada especial: Rem
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